Hacia el oeste, a menos de 1 km, encontrará el monumento más famoso de Roma: el Coliseo y la gran zona arqueológica del Foro Romano, el Camino Sagrado, la Colina Palatina y los Mercados Traianei. Una ruta que se abre paso entre los famosos lugares de la capital, comenzando por el Coliseo. Sumérjase en la atmósfera de la antigua Roma en todo su esplendor, en las calles que hicieron a esta ciudad «eterna».
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Hacia el sur se encuentran la Basílica de Santa Croce, la Basílica de San Giovanni y los Palacios Lateranensi. Es una ruta que transcurre entre dos espléndidas plazas: la plaza del siglo XVIII que se extiende frente a la Basílica de San Giovanni in Laterano, que se ha convertido en un extraño giro del destino en el punto de encuentro para las manifestaciones que regularmente tienen lugar aquí y en la de la Iglesia de Santa Croce en Gerusalemme con su Museo adjunto de instrumentos musicales.
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Cruzar el Rione Monti, que era la zona más densamente poblada de la antigua Roma, un laberinto de callejones, pequeñas tiendas y mercados. Hoy en día continúa manteniendo esta connotación popular acompañada, sin embargo, por un lado más innovador que hace de los barrios marginales una de las áreas más innovadoras de la ciudad, llena de bares y restaurantes. El soberano gobernante de todo el distrito es la imponente Basílica de Santa Maria Maggiore que domina la plaza del mismo nombre.
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Un itinerario para descubrir el Oppian y la colina Esquiline, una de las siete colinas de la antigua Roma, donde en todas partes hay vestigios del pasado antiguo.
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